“Y… te casaste ya?” : con estas palabras una monja indaga mi
vida sexual, sentimental y amorosa en el
trayecto de ciento veinte minutos que, por casualidad, compartimos. Para el
deleite de mi corazoncito formateado por Freud y Lacan, la monja (subrayo, la monja) continúa: “¡qué aburrida, vamos a
rezar por vos para que no se te pase el tren!”. Feliz año nuevo y gracias, oh energúmeno almidonado,
por confirmar mi opinión acerca del gremio religioso. Pasaron diez años desde que te vi la última
vez, en el último acto del colegio. Estas igual. Y algo me dice que vas a seguir
idéntica si en diez años más tengo la bendita suerte de volverte a encontrar.
lunes, 31 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
permiso para cambiar el punto de vista
Al final de cuentas no ser más que.
///
La sensibilidad que advierte el deseo y la torpeza que lo
satura.
Una cama llena de almohadas, y el acolchado que se decolora con los años.
///
Si.
Mejor no.
///
El inútil esfuerzo de intentar colmar todas las preguntas.
///
“Saldemos las cuentas pendientes, que se acaba el mundo”.
///
La mirada que da sentido a una vida, y que la mortifica.
El punto mas frágil, donde se conjugan todos los síntomas.
jueves, 20 de diciembre de 2012
La Fórmula Divina
Tener el copyright de la receta ancestral, única, verdadera.
Ser dueños de la mezcla original. Manipular el saber sin tiempo del documento inmutable,
trascendente, mágico.
O no tener nada de eso,
Como las herejes de mis tías.
Que le ponían huevo duro y fideos.
Si, fideos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)