por Arianne Sodero Calvet







jueves, 20 de diciembre de 2012

La Fórmula Divina


Tener el copyright de la receta ancestral, única, verdadera. Ser dueños de la mezcla original. Manipular el saber sin tiempo del documento inmutable, trascendente, mágico.


O no tener nada de eso,
Como las herejes de mis tías.
Que le ponían huevo duro y fideos.
Si, fideos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡basta! arrancó la era de los comentarios...

Sí, tus tías merecen el juicio de herejes, y segurmente mucho más, si revisáramos todas las recetas...

Firma: El Único.

La Grieta Diáfana dijo...

Estimado comentador,
Que la era que usted menciona no tenga techo!

A favor de mis tías, mejor no revisar el recetario. Uno nunca sabe qué puede llegar a encontrar si comienza a desempolvar los libros secretos...