Pensar que, para
un niño de tres años la foto con el mamut del parque temático puede ser un programón,
es del siglo pasado.
Mi hermana
y yo somos del siglo pasado.
Ergo, el niño
de tres se quedó detrás del fotógrafo y las adultas salieron solas al lado del bicho
mecánico con una cara de nabas de otra era. Por el módico precio de 20 pesitos.
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