En la metáfora, el sentido se desborda.
Cuando falta, solo queda un lugar posible.
Petrificado y sin tiempo.
Donde el cuerpo deja de ser cuerpo y se vuelve sustancia.
Hay algo más. Algo perturbador, escalofriante.
Y es que a veces, falta la metáfora… y no se nota.
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