por Arianne Sodero Calvet







martes, 8 de enero de 2013

50º C



El último 24 de diciembre, trajo a Buenos Aires una temperatura sin precedentes. Durante todo el día, lo cotidiano se volvió infernal. El semblante de la gente en la calle anunciaba el panorama de la noche festiva: tener que pasar la velada con el riesgo de que cualquier comentario prenda fuego todo. Cenar en familia, en una mesa donde lo que se dice (pasame la sal, qué bueno está el vittel toné, quién compró los helados) está en función de mantener intacto todo lo que no se puede decir. La Celebración*, en el corazón de la institución familiar misma.


 *película de Thomas Vinterberg


 

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