En Japón, para ser titiritero hay que estudiar 30 años,
recién entonces, se pueden subir a un escenario y hacer una función.
En Argentina para ser médico hay que estudiar entre 10 y 12
años, depende la especialidad y algunas otras variables.
Pero…¿Y si después de treinta, diez o doce años te das
cuenta que la pifiaste y que la cuestión era por otro lado? ¿O es que en el
fondo siempre lo supiste y, estando ya a mitad de camino, no te animaste a
redefinir las cosas?
Hace unos días escuché a alguien resolver genialmente este asunto,
diciendo: “soy actor, a veces hago de médico, pero solo cuando mis amigos me
piden certificados para presentar en el trabajo…”
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