Hace veinte años escuché a Guillermo Vilas decir en una entrevista: “cuando comencé a entrenar, no jugué ni un solo partido, pasé la primera etapa practicando la técnica, mis amigos del club se reían, decían que les tenía miedo. Cuando me sentí listo, entré a la cancha y les gané a todos”.
Siempre pensé que la vida era mas o menos eso. Dominar la técnica y después, salir a la cancha.
Creí fervorosamente en Guillermo Vilas, lo admito.
Hoy entiendo (mas o menos) por qué está bueno sospechar de los dogmas que comandan la vida de uno.
Siempre pensé que la vida era mas o menos eso. Dominar la técnica y después, salir a la cancha.
Creí fervorosamente en Guillermo Vilas, lo admito.
Hoy entiendo (mas o menos) por qué está bueno sospechar de los dogmas que comandan la vida de uno.
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